📈 El empresario Simón Levy acusa un intento de extorsión de un millón de dólares y trabas políticas en Puebla. El gobierno de Alejandro Armenta sostiene que su proyecto simplemente quedó en pausa porque Levy solicitó 198 hectáreas. Entre las dos versiones, un aparente proyecto de 350 millones de dólares quedó olvidado. ¿Extorsión o chantaje? 🌐💰
Puebla de Zaragoza, Pue.- El empresario Simón Levy anunció la cancelación de una inversión de 350 millones de dólares en Ciudad Modelo, Puebla, bajo el argumento de que el gobierno estatal impuso trabas administrativas tras sus críticas al expresidente Andrés Manuel López Obrador. Además, denunció que un operador político presuntamente vinculado a la pasada administración ¿federal o estatal? le exigió un soborno de un millón de dólares para permitir que su proyecto avanzara.
Levy asegura tener "grabaciones y documentación" que prueban la extorsión y que además se le solicitó "parar sus críticas" contra el expresidente como condición para liberar su proyecto de inversión en Puebla, señalando incluso al cuñado de AMLO, Rodrigo Gutiérrez Müller, como receptor de estos mensajes.
La versión de Levy contrasta con la postura oficial. El titular de Economía de Puebla, Víctor Gabriel Chedraui, confirmó que existió el proyecto denominado “Boda City – Ciudad Vessel”, con una planta de construcción modular, un parque fotovoltaico y un centro de oferta exportable, con una proyección de 2,800 empleos directos y 4,500 indirectos. Sin embargo, explicó que Levy solicitó 198 hectáreas, lo cual fue considerado excesivo, y que tras pedirle un ajuste, la empresa dejó de dar seguimiento.
“A partir del 19 de marzo de 2025, que se hacen estas observaciones, no hemos tenido ningún comentario o comunicación con la empresa de manera formal”, dijo Chedraui. De hecho, el gobierno de Puebla reconoció que el proyecto era real y que existieron mesas de trabajo, pero que el proceso se pausó por temas técnicos y de viabilidad, no por represalias políticas.
Levy ha mostrado en redes sociales documentos y capturas de mensajes que, según él, confirman la presión para que dejara de criticar al expresidente y la solicitud de soborno, pero hasta ahora, no ha difundido de manera pública las grabaciones o mensajes completos que respalden sus acusaciones. En cambio, ha agradecido la "honestidad y rectitud" de Víctor Gabriel Chedraui, separando al gobierno de Puebla de la presunta extorsión, pero manteniendo la narrativa de un intento de silenciamiento y presión ligada a actores políticos.
El caso exhibe un abismo entre dos narrativas: de un lado, un empresario que asegura haber enfrentado presiones políticas y exigencias de dinero tras ejercer su derecho a la crítica, con un proyecto de gran escala truncado como consecuencia; del otro, un gobierno estatal que admite el proyecto y el interés de traer inversión, pero que sostiene que todo quedó en pausa por temas técnicos y falta de respuesta de la empresa.
¿Quién miente? ¿Qué pasó realmente?
Si Levy tiene en verdad las pruebas de la extorsión, su publicación completa sería un paso necesario para sustentar su denuncia y no dejar este caso en el terreno de las redes sociales y las especulaciones. Lo contrario significaría desperdiciar la oportunidad de exponer un posible esquema de corrupción, silenciamiento y uso faccioso del poder.
Mientras las pruebas no se presenten, no tenemos por qué creer de inmediato a Simón Levy, quien solicitó una extensión de terrenos que ni en China se ocupa para proyectos de viviendas modulares. Puebla se queda, sí, sin una inversión millonaria en Ciudad Modelo, pero también se protege de entregar tierras a cambio de promesas que no siempre se cumplen. El caso revela contradicciones entre un empresario que exige incentivos y un gobierno que, al menos en su versión, se niega a regalar patrimonio público.
Pero la duda persiste sobre qué tan lejos pueden llegar algunos actores para pedir sobornos y callar críticas cuando se cruzan con los negocios.
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