BUAP ofrece diálogo entre protestas estudiantiles y acusaciones de intervención política

Desde el pasado 24 de febrero de 2025, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ha sido escenario de un paro estudiantil que ha generado intensos debates dentro y fuera de la comunidad universitaria.

Puebla de Zaragoza, Pue.- La toma de instalaciones por parte de grupos estudiantiles ha derivado en una serie de pronunciamientos por parte de las autoridades universitarias, encabezadas por la rectora Lilia Cedillo, así como del gobierno estatal, que ha salido en defensa de la autonomía de la institución.

La semana pasada el Consejo Universitario de la BUAP emitió un comunicado en el que reconoce la legitimidad de las demandas estudiantiles, derivadas de problemas estructurales que afectan la infraestructura educativa, la atención al estudiante y la insuficiencia de recursos. No obstante, también enfatizó que las fallas en la respuesta institucional no justifican la toma de instalaciones.

Para abordar la problemática, la rectoría conformó una Comisión Institucional de Diálogo, integrada por directivos y representantes de las Comisiones Estatutarias de Honor y Justicia y Legislación Universitaria. La intención es establecer un canal de comunicación en un clima de respeto y apertura. Además, con el fin de garantizar la transparencia del proceso, se invitó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y a diversos medios de comunicación para dar testimonio del respeto a los derechos fundamentales.

Como parte de los esfuerzos para resolver la crisis, este día la rectora Lilia Cedillo realizó un recorrido por los accesos de las Facultades en Ciudad Universitaria (CU), donde informó a la comunidad estudiantil sobre la instalación de Mesas de Diálogo. Durante su visita, enfatizó que ya se están analizando las propuestas estudiantiles y que la universidad también ha formulado algunas iniciativas para agilizar el proceso de solución.

"Las comisiones que están trabajando en las mesas de diálogo ya están listas para cuando los estudiantes decidan participar y entregar sus peticiones", declaró la rectora.

Asimismo, aseguró que no habrá represalias contra los alumnos que están participando en el movimiento:

"Yo soy maestra y de verdad jamás he tenido una represalia con un alumno. Adelante chicos, son muy legítimas sus demandas y las vamos a atender", expresó Cedillo en un intento por calmar los ánimos y generar confianza entre los manifestantes.

Mientras la comunidad universitaria trata de encauzar el conflicto mediante el diálogo, el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, ha lanzado fuertes señalamientos contra la organización Antorcha Campesina, a la que acusó de entrometerse en los asuntos internos de la BUAP con fines políticos.

"Nadie puede violentar la autonomía universitaria de la BUAP y menos por intereses políticos o de organizaciones", declaró Armenta, exhortando a los miembros de Antorcha Campesina a retirarse del plantón en CU. De lo contrario, advirtió, enfrentarán las consecuencias legales.

El mandatario estatal también informó que solicitó a la Fiscalía General del Estado (FGE) una investigación para identificar a los actores políticos y miembros de organizaciones que han estado participando en el paro estudiantil. Asimismo, subrayó la importancia de garantizar el acceso a la educación de los alumnos y de los aspirantes al proceso de admisión 2025.

Con el pronunciamiento del Consejo Universitario, la instalación de Mesas de Diálogo y la firme postura del gobierno estatal, el conflicto en la BUAP entra en una fase crucial.

La comunidad universitaria espera que se logren acuerdos concretos que den respuesta a las problemáticas que han impulsado la movilización estudiantil, pero también observa con cautela el riesgo de una politización del movimiento.

A medida que avanzan las negociaciones, queda por verse si las demandas de los estudiantes serán atendidas de manera satisfactoria y si los factores externos podrán ser contenidos para evitar que la situación se desborde más allá del ámbito universitario.

La BUAP enfrenta uno de los desafíos más complejos de los últimos años, donde la autonomía, la educación y la política convergen en un mismo escenario.

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